Fuente: Colegio Oficial de Dentistas de Córdoba
Córdoba, 16 de diciembre de 2024: Una revisión periódica con el dentista, es la mejor manera de llegar a las fiestas navideñas con una boca sana, convirtíendose en un buen momento para realizar esa intervención odontológica que habitualmente postergamos.
LA NAVIDAD, UN BUEN MOMENTO PARA VISITAR A TU DENTISTA
Muchos hacemos coincidir una parte de nuestras vacaciones con este periodo festivo, por lo que la Navidad puede convertirse en el momento más adecuado para aprovechar parte de nuestro tiempo libre en hacernos una revisión bucodental que puede evitar que nuestra salud oral se agrave. Los excesos en nuestra alimentación y los cambios en nuestros hábitos convierten esta visita preventiva al dentista en fundamental.
NO SUSPENDAS TU TRATAMIENTO BUCODENTAL POR SER NAVIDAD
Otro de los peligros que supone el cambio de hábitos en estas fechas, es que caemos en la tentación de suspender antes de tiempo los tratamientos bucodentales que tenemos iniciados.
En el caso, por ejemplo, de necesitar tratamientos para la reparación de daños dentales, el dejarlo para después de las fiestas puede agravar nuestra salud oral y las probabilidades incluso de sufrir dolor, sensibilidad dental u otros problemas, que llevan a la automedicación con antiinflamatorios o antibióticos sin la prescripción adecuada.
No cumplir con las citas previstas con nuestro dentista o disminuir el uso prescrito de dispositivos de ortodoncia como alineadores, elásticos u otros, con el empeoramiento de nuestra salud oral que esto supone y la repercusión en la correcta evolución del tratamiento.
En el caso de padecer alguna molestia, considere que dejarlo para después de las fiestas puede agravar el problema aumentando las probabilidades de sufrir dolor, sensibilidad dental, infecciones, etc., que llevan a la automedicación con antiinflamatorios o antibióticos sin la prescripción adecuada.
Durante estas fechas navideñas es importante controlar qué y cuánto se come. Se debe evitar el exceso de los típicos dulces y postres navideños para no tener un aporte extraordinario de azúcar. Como probablemente no nos privemos de estas delicias, cuando lo hagamos que sea, preferiblemente, en las comidas, porque se libera más saliva. Se ha demostrado que los azúcares, junto con una mala higiene bucodental, tienen relación directa con la aparición de las caries. Por ello, debemos intentar no comerlos entre horas. De entre estos dulces típicos que debemos evistar porque pueden aumentar el riesgo de caries están los dulces pegajosos o que se disuelven con lentitud.
Cuidado al morder alimentos muy duros con los dientes, sobre todo si somos portadores de restauraciones de composite o carillas. Podrían fracturarse o despegarse.
Un gran número de bebidas son ácidas, sin que las solamos identificar como tales. El vino, la cerveza, los refrescos de cola, las bebidas energéticas, los zumos de frutas (especialmente los cítricos) o las infusiones de frutos rojos, son algunas de ellas. Estas bebidas tienen un efecto muy negativo sobre la sensibilidad dental y actúan empeorando este problema de sensibilidad, más aún si se combinan entre ellas y si están frías y son azucaradas. Un tratamiento específico recomendado por tu dentista y el control en su consumo, ayudarán a aliviar la hipersensibilidad dental.
Durante el periodo navideño, se come mucho entre horas y, a menudo, fuera de casa, lo que dificulta el cepillado de los dientes después de cada comida. También nos resulta más complicado hacer uso del hilo dental, facilitando que los restos de comida se acumulen en los espacios interdentales. Sin embargo, no debemos buscar una excusa para dejar estos buenos hábitos. Existen cepillos de viaje, más pequeños o plegables que podemos llevar en el bolsillo o en el bolso. El objetivo no es solo eliminar los restos de comida, sino también evitar la formación de placa bacteriana y prevenir así los problemas de inflamación de las encías. No olvidemos que, aunque no hayamos podido cepillarnos después de cada comida, no debemos dejar de hacerlo nunca antes de acostarnos, completando esta rutina con el uso de seda dental.
Debemos recordar que la boca es mucho más que nuestros dientes. Hay que mantener una correcta higiene de la lengua y el paladar mediante limpiadores linguales o, incluso, con el propio cepillo.